Unión, la falta de gol, la "visitantitis" aguda que padece y el tema técnico
En la Liga, Unión empató un partido y perdió los otros cinco cada vez que salió del 15 de Abril. En la Copa, perdió los dos partidos. Pero además, le cuesta "un perú" meter goles.
Uno de los poquitos festejos de Unión en este año. Crédito: Fabatia
Después de Vélez, Godoy Cruz y San Martín de San Juan, Unión es el equipo con menor cantidad de goles a favor: 8 en 14 partidos. Y en la campaña de visitante, marcó apenas dos y que no sirvieron para nada: Verde contra Estudiantes (1-3) y Gamba contra Aldosivi (1-2).
En ese rubro, el de visitante, Unión apenas consiguió un punto sobre 18 que puso en juego en esa condición y marcó 2 goles pero le convirtieron 9.
La capacidad goleadora se perdió con el recambio de delanteros. Foto: Prensa Unión
Sin gol
A esa campaña, la de visitante, se le podrían sumar los dos partidos que jugó por la Sudamericana (derrota en Chile 2 a 0 ante Palestino y derrota en Ecuador 3 a 0 contra Mushuc Runa) en los que tampoco marcó goles. Dos déficits muy evidentes, pronunciados y preocupantes de un equipo al que le cuesta convertir y también encontrar un poco de regularidad.
La capacidad goleadora se perdió con el recambio de delanteros. Se acepta que en un equipo no sólo la obligación de marcar goles pasa por los puntas, pero son los que más cerca tienen el arco contrario y a los que se les debe exigir. Y Unión ha perdido esa capacidad que tenía el año pasado con Orsini y Balboa, sobre todo.
Y hasta con Morales, que se asoció al gol en algún momento. La llegada de Estigarribia y Colazo no aportó, hasta ahora, esa contundencia que se espera de parte de los delanteros; y lo de Angulo ni siquiera se puede mencionar porque sólo jugó 45 minutos en el primer partido ante Estudiantes. Y Unión ya jugó 18 partidos oficiales entre los tres torneos desde que arrancó el año.
La otra cuestión es la defensiva. Unión se ha convertido en un equipo al que le llegan bastante al gol, cosa que antes no ocurría. El equipo, con el Kily, se sintió respaldado en el 2024 con el esquema y también con el muy buen rendimiento individual de varios jugadores. Nada de eso ha pasado en este 2025. El esquema no respondió y las individualidades tampoco.
Pardo y Corvalán, figuras regulares e indiscutidas el año pasado, no están pasando por un buen momento futbolístico y el esquema ha naufragado, siendo una moneda habitual de recambio en este año debido a los malos resultados y a la necesidad de cambiar que ha tenido el técnico en la gran mayoría de los partidos.
Unión con falta de gol. Foto: Prensa Unión
De local y visitante
La realidad es que Unión ha transitado un camino de profunda irregularidad, que lo ha llevado a generar expectativas favorables y decepciones, de una semana a la otra, con partidos en condición de local no exentos de resultados positivos en varios casos o de actuaciones rescatables, a partidos con muy poco para resaltar cuando se jugó afuera del 15 de Abril.
Esa inestabilidad provoca confusión constante y cambios de planes, máxime en este momento de toma de decisiones. El buen partido con Newell's abrigó un respaldo para Vazzoler, pero cinco días después se juega un partido realmente malo ante Mushuc Runa y empiezan las dudas otra vez.
La desconfianza no es hacia Vazzoler, sino hacia la necesidad de buscar una solución distinta para que el equipo levante cabeza.
Este proceso de Unión pretendió ser un salto de calidad y así se lo bosquejó: clasificación a copa internacional, continuidad del técnico, ausencia de inhibiciones e inversión económica importante para la llegada de refuerzos. La realidad es que ese salto de jerarquía no se ha dado, el técnico se fue y el equipo sigue siendo inestable e irregular.
También se suma el proceso electoral, detalle no menor a la hora de las evaluaciones.
"Tenemos que proteger a Nicolás Vazzoler, porque está haciendo un buen trabajo en inferiores y no queremos que eso se pierda", confió un alto dirigente a El Litoral. Quizás el tiempo de Vazzoler pueda llegar un poco más adelante, en otras circunstancias y con un mayor proceso de maduración del mismo entrenador. En fútbol nunca se sabe cuándo llegan las oportunidades.
El caso más concreto es el de Lionel Scaloni, que terminó siendo elegido por descarte, porque los apuntados no quisieron agarrar y le tiraron la responsabilidad. Aún así, el técnico doble campeón de América y campeón del mundo, tuvo que soportar procesos de críticas y dudas sobre su trabajo y capacidad.
Pero bien puede tomarse como una excepción que confirma la regla. Y muchos dirigentes, hoy, están pensando en que debe darse el cambio y apostar a la llegada de un entrenador con recorrido y que maneje herramientas que hoy Vazzoler no tiene por una cuestión de falta de experiencia.
"El del jueves, fue un día de silencio", tituló otro directivo consultado por El Litoral. Silencio porque el presidente viajaba de regreso a Santa Fe con Monsalvo, Romero, Valenti, Rosso e Imhoff, algunos de los dirigentes que acompañaron a la delegación en el periplo por tierras ecuatorianas.
Pero la derrota y la actuación del equipo en Riobamba sembró muchas incógnitas y avivó el deseo de traer a un técnico de nombre y trayectoria que pregonan varios de los dirigentes.
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