(Enviado Especial a Riobamba, Ecuador)
Riobamba significa río plano, pero si algo falta, precisamente, es eso. La geografía de montañas, el orgullo de tener la que “puede mirar más de cerca al sol” y los 2.800 metros sobre el nivel del mar, la alejan de cualquier planicie. Y hasta acá ha llegado Unión y El Litoral.
(Enviado Especial a Riobamba, Ecuador)
La llovizna y el cielo gris forman parte de la geografía de esta parte de Ecuador a esta altura del año, cuando van saliendo lentamente del invierno. Guayaquil es diferente. Nos recibió con 31 grados de temperatura y el sol a pleno. Para los habitantes de Quito, 25 grados es demasiado y lo sufren en el verano. Riobamba tiene su propio encanto. “Acá nació la Nación”, dicen los habitantes de la capital de Chimborazo, la provincia que le ha dado también nombre a la que, según ellos, es la montaña más alta del mundo. “La cima del Chimborazo es el punto de la tierra más cercano al sol”, dicen quienes viven en esta ciudad que cumplió el año pasado 200 años y que cuenta con 250.000 habitantes, conocida como “La sultana de los Andes”, a la que los enviados de El Litoral arribaron luego de un viaje desgastante, agotador, complejo e interminable.
El periplo debía ser Buenos Aires-Lima-Quito y luego, por tierra, cuatro horas para cubrir los 210 kilómetros que separan Riobamba de Quito, pero terminó siendo Buenos Aires-Guayaquil-Quito, con un retraso en el primer vuelo de más de dos horas y media y una espera que iba a ser de seis en Guayaquil y que se redujo a cuatro. Conclusión: 18 horas de viaje que compartimos con otros colegas de Santa Fe, entre broncas, risas, anécdotas, reclamos y festejos cuando aparecía alguna voz “sanadora” de las aerolíneas con alguna solución, aunque más no sea para disimular las impuntualidades con un café y dos medialunas. Cosas que pasan en estos viajes, donde a veces es más fácil ir del otro lado del mundo que a un país que está dentro mismo del continente.
Pero ya estamos, tratando de hacer todo lento, tomando agua, pidiendo té de coca y “alambrando” que no aparezcan los típicos dolores de cabeza y mareos que producen los casi 2.750 metros de altura que tiene Riobamba (que significa río plano, paradójicamente), que llegan a más de 3.400 cuando se atraviesa parte de las rutas que nos llevaron desde Quito hasta esta ciudad.
Este miércoles a la mañana nos recibió con frío pero con un cielo bastante despejado. ¿Será la constante durante el día?, difícil. El pronóstico de lluvia es permanente y no se descarta que el agua pase a ser una protagonista más de la noche ecuatoriana.
¿Cómo esperó Vazzoler y el plantel?, con tranquilidad. “¿Hablaste con el presidente?”, preguntó El Litoral. “Muchísimo, pero de mi continuidad, no hablamos nada. Siempre estuvimos rodeado de mucha gente”, señaló el técnico interino, que sabe que juega cartas fundamentales en estos partidos. Ya superó un primer desafío de manera más que satisfactoria: empató con Newell’s, cambió el esquema, el equipo jugó uno de los mejores partidos del año, levantaron las producciones individuales y no ganó porque enfrente había un monstruo en el arco (Keylor Navas).
“Trabajamos sobre las cosas que podemos controlar, que es una buena planificación de partido. Algunos de los chicos han tenido un paso por equipos de este país o jugaron en la altura, así que entre todos planificamos la manera de afrontar este partido. Sabemos que Mushuc Runa juega muy vertical, directo, tiran muchos centros y son agresivos cuando juegan de local. Frente a eso, tenemos un plan y vamos a tratar de que prevalezcan nuestras virtudes”, dijo Vazzoler en una previa en la que, como ya anticipó este diario, trató de no dejar detalle librado al azar y por eso decidió ir a ver el campo de juego del estadio Olímpico de esta ciudad, ubicado muy cerca del centro de la ciudad y del hotel en el que se alojó el plantel.
¿Cómo se imagina Vazzoler que le va a plantear Mushuc Runa el partido?, “nosotros sabemos, porque no solamente vimos el partido con Palestino sino también los partidos que ellos jugaron contra otros equipos del llano, que salen desde el minuto cero a atacar”. El Loco Stelhick, que trabajó 18 años en Liga de Quito, fue claro y directo: “Hay que jugar a tener la pelota, a quitársela al rival y a descansar con esa tenencia. Si planteás un partido de ida y vuelta, corrés el riesgo de caer en imprecisiones y correr demasiado. Y allí se sentirá el efecto de la altura”. Eso es lo que se propondrá Unión y lo que tratará de imponer Vazzoler, que sabe que está dando una mano pero que en cada partido estará jugando su chance de seguir al frente del equipo o de volver a la coordinación de inferiores y a conducir la reserva.
Mientras tanto, Riobamba se despereza con ese ritmo tranquilo de los ecuatorianos, un país azotado por los fenómenos climáticos (las lluvias e inundaciones) que han dejado un saldo de 33 muertos y más de 150.000 personas afectadas. No son Quito o Riobamba, precisamente, las ciudades más afectadas, pero igualmente no quita que cada ecuatoriano mire hacia el cielo todas las mañanas cuando se levanta. Un país en el que el sueldo mínimo es de 470 dólares y en el que un profesional gana 1.500 o 2.000 dólares y eso le permite vivir muy bien. Un país, en definitiva, en el que el fútbol no pasa desapercibido y en el que se respeta y mucho a esos argentinos que llegaron para hacer una de las cosas que mejor hacemos: jugar bien y ganar.
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.