Las "casas baratas" en Santa Fe: un brumoso paisaje de obreros, prostitutas y malandras
En 1936, se estableció la ordenanza que permitió licitar la construcción de estas viviendas. Se crearon para los empleados ferroviarios. Pero todo fue cambiando.
Las casas económicas tenían sus propias dinámicas sociales. Crédito: Archivo
Consta en el digesto histórico de 1936 una ordenanza que llamó a licitación para construir lo que fueron las llamadas "casas baratas" en la ciudad de Santa Fe, destinada a obreros y empleados ferroviarios principalmente, ya que las edificaciones estaban delimitadas en el sector Sur, Oeste (donde funcionaba el FFCC Mitre) y Norte.
Como eran viviendas para adquirir en cómodas cuotas, y de alquileres temporarios o transitorios, de muy bajos costos, en esos sectores convivía una llamativa y variada "fauna" de personajes urbanos: desde los obreros engrasados por el rigor del trabajo duro hasta las prostitutas, los cafishos, los malandras y los profetas del escruche.
Pero todo comenzó antes de mediados de los años '30. El contexto: la falta de viviendas. “La Comisión Nacional de Casas Baratas, conformada en 1914, al año 1944 había podido construir nada más que 1.900 casas en todo el país", explicó el Arq. Ramón Gutiérrez es docente e investigador (FADU/UNL)
"Había problemas estructurales para esto, entre ellos la falta de disponibilidad de tierra pública y de una línea de crédito de financiamiento específico. Y éstas eran dificultades para el Estado, que debía lograr la prestación de estos servicios esenciales”, añadió.
La "casa embrujada"
Así las cosas, en 1936 el municipio llamó a licitación pública para la construcción de estas tipologías de casas. Incluso, la mítica "casa embrujada" de barrio Sur, muy cerca del ex Ferrocarril Mitre, fue construida en esa época, y se presume que fue una "casa barata".
La construcción de esta casa se estima entre las décadas de los años ‘20 y ‘30. "Toda esa zona del barrio era para los obreros de la Estación Mitre. Era una zona prostibularia por excelencia”, dijo en una oportunidad a El Litoral Lorenzo Canteli, el “Chimi Santafesino”, divulgador histórico.
Las viviendas fueron destinadas a los obreros ferroviarios. Crédito: Archivo
En el barrio Sur se construyeron muchas “casas baratas”. “Baratas se les decían porque se edificaron para los trabajadores del Ferrocarril; había hospedaje por noche, y prostitución, también… Los vecinos se quejaban permanentemente”, había relatado.
La normativa
Como se dijo, en el digesto histórico del año 1936 consta la ordenanza N° 2320, que amplía otra anterior, de 1928 -la N° 2489-. Esta norma autorizó al municipio capitalino a licitar la construcción de este tipo de viviendas.
Serían en un principio 350 casas baratas a edificar, en cuatro tipologías y con servicios añadidos, de las más "caras" a las más económicas. En esto dependían las superficies de los lotes, la cantidad de habitaciones y dormitorios, la cocina y el baño.
La empresa adjudicataria debía escriturar cada lote a favor de la Municipalidad. Se autorizaba además la toma de un crédito hipotecario, del cual el 80% tendría que ser devuelto al Ejecutivo, con plazos de amortización, seguro, porcentajes de las cuotas. "Todo legal", como se dice hoy.
Luego, se abriría un registro de empleados y obreros que quisieran adquirir algunas de estas viviendas. Éstos debían presentar constancia de sueldo y salarios, y la cantidad de integrantes del grupo familiar, de haberlo. En ningún caso se podía adjudicar más de una casa a la misma persona. Pero como se dijo antes, también estaba la posibilidad de alquileres.
El empresario local, Sr. Adolfo Levene, sería uno de los contratistas para la construcción de estas viviendas. Se amplió la cantidad, puesto que se le autorizó edificar 1.050 casas baratas.
La prostitución era moneda corriente. Crédito: Archivo Lucas Cejas
"Estarían distribuidas en tres o más secciones, del siguiente modo: casas de dos habitaciones, 470; casas de tres habitaciones, 350; casas de cuatro habitaciones, 150; casas de cinco habitaciones. 80".
De la norma a la realidad
De lo que establecía taxativamente la normativa a las dinámicas sociales que en las casas baratas se fueron gestando había una gran brecha, según los registros históricos consultados. El contexto es que la crisis del '30 aún golpeaba a las clases bajas.
Con todo, sobre estas viviendas y sus entornos hay toda una mitología urbana, brumosa e intrigante, donde confluyen trabajadores sacrificados, pero también prostitutas, malandras pesados, carteristas... Ese paisaje social existió, y vale intentar redescubrirlo.
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