Cielo Razzo regresa a Tribus el viernes 21 de febrero a las 21. Sus integrantes siguen poniendo acento en la presentación del octavo álbum “El día fuera del tiempo”, editado en julio del año pasado.
La banda rosarina regresa a la ciudad de Santa Fe el 21 de febrero con “El día fuera del tiempo”, un álbum que refleja el presente del grupo y el sentir de su público.
Cielo Razzo regresa a Tribus el viernes 21 de febrero a las 21. Sus integrantes siguen poniendo acento en la presentación del octavo álbum “El día fuera del tiempo”, editado en julio del año pasado.
Que, según la propia impronta que le pretendió dar la banda rosarina, “interpela a la conciencia dormida, es la potencia que habita en un abrazo, en un beso, en una herida”.
Pablo Pino, cantante de Cielo Razzo, adelantó a este medio que la columna vertebral del show que van a brindar al público de Santa Fe va a estar centrada justamente en las canciones que integran el nuevo disco.
“Después, como decorado, estará todo el resto del repertorio que tenemos”, señaló.
Consultado sobre el proceso que derivó en “El día fuera del tiempo”, Pino remarcó el papel protagónico que tuvo Diego “Pájaro” Almirón, guitarrista de la banda. “Fue el que más canciones trajo, el que dirigió el sentido hacia donde estábamos yendo”, destacó,
Normalmente, el trabajo creativo de Cielo Razzo es conjunto. “En este caso, le tocó más a él. Evidentemente yo no estaba tan productivo como en otros años. Eso es lo bueno de una banda, que uno puede descansar sobre los compañeros”.
Una vez que estuvo ese sentido general impuesto por Almirón, la banda tomó las canciones y les puso el broche final. Sin embargo, el “primer aliento”, el esbozo inicial, estuvo en manos de Diego.
“Me parece que es un detalle importante. Quedamos muy conformes con el resultado”, indicó Pino.
Respecto a cómo ubicar el nuevo disco dentro de la historia del grupo, Pino destacó que sirvió para afianzar mucho más la confianza y el cariño de la banda. Sobre todo con el “Pájaro”, a quien describió como un “hermano musical”.
Respecto a lo meramente artístico, para Pablo es un disco que les gusta mucho, un disco corto, a tono con la época, donde todo es mucho más rápido. Sin por eso perder la impronta y la dinámica de Cielo Razzo.
“Es un disco muy del momento, contemporáneo, que refleja las sensaciones que estamos sintiendo todos ahora. Esa búsqueda de la armonía. Dejar ciertas conductas que no son las que nos sirven para el tránsito diario, para lograr un equilibrio. El disco habla de parar la pelota y ocuparnos de las cosas de las cuales nos tenemos que ocupar”, señaló Pino.
Cielo Razzo, a lo largo de los años, logró consolidar un núcleo duro de público que está compuesto por gente de Rosario, Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba. Pero también, en menor medida, de otros puntos geográficos del norte y el sur.
Tenemos mucha gente que nos sigue de toda la vida. Algunos nos ven más seguido que otros por una cuestión de distancia. La que nos sigue es la clásica gente del rock. Pero hay, desde mi punto de vista, una renovación”, expresó Pino.
Sin embargo, lo más fuerte para el músico es como la banda y sus canciones se convirtieron en una compañía en distintos momentos: rutina, cotidianidad, separaciones, cambios de pareja. “Esa es la parte más alucinante”, manifestó.
“Hay músicos y bandas que me acompañaron y que recuerdo que estuvieron en ciertos procesos de mi vida. Entonces, darse cuenta que Cielo Razzo también tiene esa misma cualidad es increíble”, afirmó.
Para Pablo, lo más importante ante cada show es que el público se lleve dos horas de algo positivo. “Intentamos que la gente, cuando se vaya, esté en armonía, en paz, con ganas de salir y abrazar a un desconocido”, sintetizó.
Y cerró al anunciar que el proyecto principal para 2025 es tocar el disco en todos los lugares que podamos. “Es muy simple: sacamos un disco y ahora lo queremos tocar frente a nuestro público. Disfrutar cada noche como si fuera la última y tratar de generar un espacio donde todos la pasemos bien”.
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