El día que llegó el Avro 748 al aeropuerto de Sauce Viejo
Se trataba de la aeronave matrícula LV-HHC de Aerolíneas Argentinas que la empresa sumó a la flota nacional para la llamada “línea del litoral”. El recuerdo con la crónica periodística e imágenes.
El avión que llegó a tierras santafesinas en 1962. Foto: Archivo General de la Nación
A mediados de la década del ‘62, se produjo un hecho histórico para la ciudad de Santa Fe. Llegaba por primera vez un modelo de avión para 40 pasajeros al aeropuerto de Sauce Viejo. Nada menos que una confortable aeronave que podía alcanzar una velocidad crucero de unos 400 kilómetros por hora.
Aquel viernes 1 de junio de 1962 no fue un día más para la joven aeroestación santafesina, inaugurada apenas siete años antes. “El Avro 748 de Aerolíneas Argentinas: primer ‘jet’ de pasajeros que aterriza en Sauce Viejo”, tituló El Litoral.
El artículo periodístico del diario le dio la importancia del caso. Un periodista en el lugar de los hechos y cuatro imágenes en la nota. El avión llegando, el interior con las butacas, el personal a bordo y el comandante; cada elemento con su respectivo registro gráfico.
La completísima crónica.
(N del R: si bien el titular mencionaba la llegada de un "jet", vale aclarar que se trataba de un avión propulsado por motores Rolls-Royce Dart, que son motores turbohélice, no a reacción (jet)".
“Ensordecedor”
Entre los primeros párrafos de aquella crónica, El Litoral describió: “Eran exactamente las 7.50 cuando el Avro 748, matrícula LV-HHC, de Aerolíneas Argentinas, tocó tierra en la cabecera sur de la pista, envuelto en un zumbido ensordecedor. Instantes después. se detuvo en la plataforma, estableciendo el primer contacto con nuestro aeropuerto”.
“La máquina vino al mando del comandante Carlos Barchielli, jefe de Avro de la compañía, com poniendo el resto de la tripulación los comandantes Rolando Ferrari, Roberto Ferro, el comisario Luis Zaballa y la auxiliar Teresa Bono. Viajaron además los señores Edwin Metcafle y Manuel Gutiérrez, gerente de operaciones y jefe de control operativo, de la empresa, respectivamente”, continuaba.
El periodista de El Litoral recogió palabras del comandante, quien comentó cuestiones interesantes. “La ruta seguida para traer desde Manchester, Inglaterra, estos aviones, de los que ya hay cinco en el país. Los sucesivos saltos o etapas fueron las islas Hébridas. Islandia, Groenlandia, Canadá, EE.UU. Belice, Panamá, Ecuador, Perú, Antofagasta, Santiago de Chile y Buenos Aires”, enumeraba.
El aterrizaje, la cabina de pasajeros y parte de la tripulación.
Al mismo tiempo, se explicó que el comandante Barchielli era un experto volando este tipo de aviones y llevaba para aquel entonces 37 años de experiencia en el aire, convirtiéndolo además en instructor de vuelo.
Sobre el final de la crónica, se contó: “Lamentablemente, la estadía del Avro 748 entre nosotros fue muy breve. La máquina debía seguir viaje a Tucumán, vía Resistencia, para completar, tras su regreso esta misma tarde, el vuelo de reconocimiento de ruta. ΕΙ 11 de este mes serán incorporados definitivamente a la línea del litoral”.
“Un nuevo zumbido, esta vez más ensordecedor y tras una elegante maniobra, la moderna aeronave puso proa al norte. Cuando la vimos alejarse, reparamos en que todavía no tiene nombre. Luciría bien ‘Ciudad de Santa Fe’. ¿Verdad?”, cerraba el artículo.
En el aire, apunto de aterrizar en Buenos Aires. Foto: Juan M. Leria Pastor
Características
En otro apartado del artículo que el vespertino santafesino publicó en junio de 1962 se dieron los principales detalles que hacían a la flamante aeronave.
“El Avro 748, es construido por AV Roe & Co. Limited, de Middleton, Manchester (Inglaterra). Está equipado con dos motores Rolls Royce que desarrollan una velocidad de crucero de 426 kilómetros por hora a un techo máximo de 9.300 metros”, describió el diario
“Sus dimensiones son: 20,24 metros de largo, 7,58 de alto y en sus bodegas puede transportar una carga de 1.617 kilos, siendo el peso total de la máquina de 14 969 kilos, requiriendo 1.100 metros para sus operaciones de aterrizaje”, agregaba.
Y resaltaba El Litoral: “Lo que más impresiona, es el interior de la máquina, realmente suntuoso. Su cabina altimática, con capacidad para 40 pasajeros, brinda todas las comodidades para un viaje realmente placentero, exento de ruidos y vibraciones”.
Mientras que remarcaba: “En cuanto a seguridad en el vuelo, el moderno equipo de radar del que está dotada la máquina permite que ésta pueda operar aún en las condiciones más desfavorables”.
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