Tocar el corazón, revivir viejos recuerdos y lagrimear. Un poco de todo eso le pasó a la entrevistada de este reportaje, perteneciente al ciclo “Oficios” que El Litoral presenta.
El Litoral presenta una nueva edición del ciclo de entrevistas de trabajos únicos por su historia, su delicadeza o simplemente porque sobresale del resto. “Me siento cerca de mi abuela”, reconoció la protagonista.
Tocar el corazón, revivir viejos recuerdos y lagrimear. Un poco de todo eso le pasó a la entrevistada de este reportaje, perteneciente al ciclo “Oficios” que El Litoral presenta.
Graciela Hilguero expuso ante las cámaras una de las tradiciones de la comunidad Qom: la cestería. Se trata nada menos que de un trabajo ancestral cuyas cualidades se heredan de generación en generación y sirven de sustento para quienes lo practican.
La entrevistada todos los días enfoca su vida en la cestería. Así lo contó en un emotivo diálogo mientras repasaba la historia propia de su pueblo.
—¿Cuánto hace que te dedicás a la cestería?
—Empecé a los 8 años. Me enseñó mi abuela.
—¿Cómo fue ese proceso de aprendizaje?
—Muy tranquilo. Primero la miraba, después quise aprender y armé un canastito chiquito, pero me salió mal. No me gustó. Mi abuela me dijo que tenía que seguir, porque si lo dejaba, nunca iba a aprender. Eso me marcó.
—Además del oficio, compartías tiempo valioso con tu abuela.
—Sí. Me crié con ella. Mi mamá falleció cuando yo tenía 8 años y me quedé con mi abuelita. Ella me enseñó y me dio fuerzas para seguir luchando hasta hoy.
—¿Hoy vivís de esto?
—Sí, es mi medio de vida.
—¿Cómo fue enseñarles a tus hijas y nietos?
—Ellas siempre me ven y se copian. Así aprenden.
—¿Qué es lo más difícil del oficio?
—Todo es difícil. Cada trabajo es distinto. Hay que tener fe y seguir intentando.
—¿Y qué es lo más complejo al trabajar con palma?
—Algunos trabajos como este (muestra un modelo) son muy difíciles. Hay que pensar cómo hacerlo porque tiene formas distintas, como una flor, y eso lleva mucho tiempo.
—¿Cuánto tiempo te lleva hacer una canasta o bolso?
—Entre 4 y 6 días, dependiendo del modelo y del tiempo que tengo. Tengo hijos chicos y a veces tengo que cortar para llevarlos a la escuela.
—¿De dónde traés la materia prima?
—La traemos del Chaco. Allá la manda la familia. Llega verde, pero en 15 días se seca y se pone blanca.
—¿Cómo preparás el material?
—Se humedece para que quede blanda y se pueda trabajar. Hay que elegir bien las hojas, usar las derechitas.
—¿Cuántas horas al día trabajás?
—No hay horario fijo. Puede ser desde las 7 de la mañana hasta las 10 de la noche, según el día.
—¿Dónde vendés tus productos?
—En ferias, casa por casa o cuando juntamos varios trabajos. Juntamos al menos 10 piezas para que elijan.
—¿Cuál es el producto que más se vende?
—El plato de sitio redondo.
—¿Se puede vivir con lo que ganás?
—Se vive poco. A veces es difícil. La gente dice que es caro, o que no quiere nada.
—¿Qué significa la cestería para vos?
—Muchas cosas. Es mi trabajo, es algo lindo. Me hace recordar a mi abuela. Me siento cerca de ella cada vez que trabajo.
—¿La llevás en el corazón?
—Siempre.
La importancia de visibilizar
Por su parte, Noelia Carrizo integrante de la cooperativa QOM ALPHI, resaltó cuán importante es visibilizar el trabajo de estas mujeres.
“Permite mostrarle a la sociedad todo el trabajo, toda la historia que hay detrás de las artesanías. Es un valor agregado que sea un saber ancestral, que se haga también con una fibra vegetal en este contexto donde estamos también afrontando desafíos contra el cambio climático que son productos que son amigables con el medioambiente”, remarcó.
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