El maquillaje en 2025 apuesta a romper estructuras, combinando lo clásico con lo experimental. La consigna es expresarse sin límites, jugar con texturas, formas y colores, y encontrar un estilo propio dentro de una amplia variedad de propuestas.
Piel luminosa, delineados gráficos, sombras intensas y labios jugosos conviven en un look versátil que va de lo natural a lo audaz. La clave está en animarse a jugar y elegir según el estilo personal.
El maquillaje en 2025 apuesta a romper estructuras, combinando lo clásico con lo experimental. La consigna es expresarse sin límites, jugar con texturas, formas y colores, y encontrar un estilo propio dentro de una amplia variedad de propuestas.
Los delineados dejan de ser solo una línea sobre el párpado para convertirse en una forma de arte. Líneas flotantes, dobles delineados y trazos geométricos son protagonistas. El negro sigue vigente, pero se combina con tonos eléctricos, pasteles o metálicos para lograr un impacto visual inesperado.
El color se impone en los párpados. Tonos neón, verdes lima, azules eléctricos y rosas saturados conviven con sombras metálicas en dorado, plata o cobre. Las transiciones suaves, los degradados y los contrastes fuertes se utilizan para crear efectos llamativos y multidimensionales.
El clásico efecto ahumado se transforma. En lugar del negro intenso, aparecen nuevas paletas como borgoña, violeta, terracota o azul marino. El resultado es una mirada profunda y sofisticada, pero con un giro moderno que lo adapta tanto al día como a la noche.
La estética desprolija también gana terreno. El messy eye busca un efecto difuminado, como si el maquillaje se hubiera corrido levemente, generando una mirada misteriosa y espontánea. Se aplica sombra más allá de los límites del párpado, con bordes suaves y acabados irregulares.
El glitter, las sombras líquidas, los pigmentos sueltos y los apliques como cristales o perlas suman dimensión y brillo. Esta tendencia convierte los ojos en una verdadera obra visual, ideal para quienes disfrutan de looks cargados y originales.
La piel satinada reemplaza al efecto “glass skin”. Se busca un brillo natural, como si la piel estuviera hidratada desde adentro. Bases livianas, iluminadores en crema y productos multifunción ayudan a lograr ese acabado suave, saludable y sin exceso de cobertura.
Vuelven los tonos oscuros para los labios, pero con acabados jugosos. Ciruela, vino y borgoña se aplican con gloss para un efecto más fresco. También se destacan los delineados suaves y difuminados que dan volumen sin rigidez.
El “no makeup” sigue fuerte, pero con técnicas más elaboradas. Se utilizan rubores aplicados antes de la base (underpainting), pestañas apenas marcadas, cejas naturales peinadas hacia arriba y labios hidratados con un toque de color.
En resumen, el maquillaje en 2025 se centra en la autoexpresión y la creatividad, ofreciendo una variedad de estilos que van desde lo audaz y dramático hasta lo sutil y natural. La clave está en experimentar y adaptar las tendencias a la personalidad y estilo de cada individuo, logrando así un look auténtico y único.
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