El castillo de Hogwarts te recibe en la entrada al taller de Pepo Marana. El imponente edificio donde estudia el personaje de ficción Harry Potter, con toda su envergadura y misticismo reposan en la mano de la artista, que parece haberlo reducido con su varita mágica hasta lograr que mida tan solo cinco centímetros. Pero no se trata de magia, sino de arte (una práctica que se le parece bastante).
Pepo Marana es una micorescultora de 32 años, oriunda de Santa Fe. Se dedica a la rama de la escultura que talla figuras en miniatura, principalmente en minas de lápices.
Esta práctica, en su opinión, busca “encontrarle significado a las cosas chiquitas en lo cotidiano”, y la ayuda a desarrollar la paciencia mientras demuestra que “las cosas pequeñas también pueden ser grandiosas”.
En la punta de un lápiz hace caber animales, barcos, figuras humanas y juegos de ajedrez completos. Entre los materiales de los que se sirve para sus creaciones, Marana explicó que utiliza “mina de portamina o mina de lápiz carpintero, para tener distintos grosores”. Estos son de grafito, pero también usa lápices para colorear.
Con cuchillos de precisión, transforma lápices en figuras diminutas y sorprendentes // Créditos: Flavio Raina.
Con pulso de cirujano, la escultora de miniaturas manipula cuchillos de precisión para tallar. Estas navajas pequeñas tienen cabezas intercambiables que la ayudan a dar detalles a sus figuras.
Dependiendo de la complejidad, una pieza puede llevarle desde 20 minutos hasta semanas o un mes completo: “Dependiendo del detalle, de la calidad del lápiz y dependiendo también cómo estoy yo. Si estoy más nerviosa o desconozco el lápiz los rompo más fácilmente”, expresó Marana.
Por amor al arte
Pepo contó a Nosotros que el interés por el arte siempre estuvo presente en su vida: “De chiquita pintaba caballos, me gustaba dibujar”. Así, la escultura llegó a su vida casi sin querer, como una práctica para matar el tiempo.
“En la escuela, cuando me aburría, empecé a tallar las tizas y los lápices. Entonces, ahí me di cuenta que me gustaba la escultura. Empecé a hacer más y perfeccioné la técnica. Pero no sabía que había gente que lo hacía” desarrolló Marana.
La artista explicó que, si bien tiene estudios no finalizados en Artes Visuales en la Escuela Juan Mantovani, su formación es muy autodidacta. Sin embargo, afirmó que hace dos años puede dedicarse a la escultura a tiempo completo.
“Al principio lo hacía de hobby. Pero en pandemia lo empecé a mostrar en Instagram. La gente se copó, me empezaron a comprar y ahí contacté con una galería de Buenos Aires que vende cosas de tamaño pequeño”, relató orgullosa la microescultora.
“Empecé a vender por esa galería y por mi Instagram. Cuando ya me empezó a ir mejor, en 2023, dejé mi trabajo y ahora me dedico 100% a esto”, “También trabajo ocho horas por día en producción, sea por una exposición, por una galería, para un encargo o para nada, para tener y producir”, explicó Marana acerca de su forma de trabajo.
Ajedrez
Un tema recurrente entre las piezas de Pepo son los juegos de ajedrez. Piezas que miden tan solo cuatro milímetros de altura posan sobre un tablero en miniatura cuya delicadeza es indescriptible, nacieron de una actividad que solía compartir recreativamente con su padre.
Una de las piezas más emblemáticas: una escultura de ajedrez tallada en mina de lápiz // Créditos: gentileza
“Me parece un juego que uno lo puede relacionar un montón con la vida, trabajar ciertas temáticas sociales con los juegos de ajedrez tienen un montón de versatilidad”, afirmó. “A veces hago una partida en jaque, el otro día estaba trabajado uno que las piezas no se están viendo, sino que se están dando la espalda”, describió.
“Es un juego que para mí es lindo visualmente como para tenerlo de decoración para el que no le interese tanto la temática, pero a su vez le podés dar un sentido, relacionado a un montón de cosas”, consideró la microescultora.
Exposición de las piezas
Otra particularidad de Pepo es su forma de exponer sus piezas. Al ser tan pequeñas, necesita atraer la atención de los visitantes de las distintas ferias en las que participa. Es por eso que produce las figuras en el momento en que expone: “Me gusta tallar en vivo para que la gente pueda ver el proceso.
En la feria la gente pasa por el stand y por ahí si no se detiene, no entiende lo que hago porque queda como superchiquito”, expresó Marana.
“Tengo la idea de comprar un microscopio digital, para que la gente pueda ir viendo mientras yo tallo en una pantalla grande, así la gente puede ver más claro que estoy tallando un lápiz”.
Además, a las piezas ya preparadas, la artista las presenta “en pedestales, en columnas, cada una separada en cúpulas de vidrio o cajas de acrílico transparente”, “le doy lupa a la gente para que la gente pueda mirarla, pueda interactuar. Es necesario que tenga buena iluminación”, agregó.
Piezas de ajedrez que caben en el dedo de una mano // Créditos: Flavio Raina.
Además, luego de ganar la Artweek, una feria internacional de arte en Chile, Pepo Marana viajará a México para exponer en una galería de arte: “Voy con un equipo de gente que también ganó. La idea es hacer nuestra exposición, vamos a ir varios días, vamos a hacer montaje, vamos a también contar un poco de qué se trata”, describió.
Con respecto a su futuro como artista, la microescultora señaló: “Mi idea es seguir creciendo, expandirme un poquito más por el mundo. Me parece que es lindo que la gente pueda ver mi obra, sobre todo para que la gente pueda sentir lo mismo que siento yo al hacerlo”, y difundir “la importancia de lo pequeño, de cultivar la paciencia, la perseverancia”.
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