La provincia deSanta Fe perdió desde el inicio de la gestión de Javier Milei hasta enero de este año 11,896 empleos privados registrados -pasó de 521.029 a 509.133-, mientras que a nivel nacional se destruyeron 173.524 puestos de trabajo asalariados registrados, de los cuales 124.010 corresponden al sector privado y 49.514 al ámbito público.
La situación se agravará si el gobierno nacional, por ejemplo, no deroga el decreto por el cual permite la importación de maquinaria y equipos usados, que impactará en uno de los sectores más dinámicos y competitivos de la provincia. Pero no es lo único. A la mayoría de los sectores de la economía santafesina les va mal por la caída del consumo interno y porque exportar significa hoy, en el mejor de los casos, "salir derechos".
El gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro. Foto: Gentileza
Por otro lado, de acuerdo con los datos publicados por la Superintendencia de Riesgos de Trabajo, entre noviembre de 2023 y enero de 2025 la cantidad de empleadores se redujo en 12.986 casos en todo el país, al menos un 10% de ellos de laprovincia de Santa Fe. Servicio de transporte y almacenamiento es el sector más afectado, según analizó el Centro de Estudios para la Producción Argentina (CEPA) con una pérdida de 3.046 empleadores. El mismo análisis muestra que las empresas de hasta 500 trabajadores/as son el 99,6% del total de los casos de las empresas que cerraron. De las fábricas que funcionan, solo funcionan menos de 6 de cada máquinas.
Una vez más en la historia argentina, el gobierno nacional de turno ha decidido que la producción y el trabajo no sean una prioridad de su gestión y desde que asumió los designó como sus adversarios, actuando en consecuencia, ignorando sus reclamos, tomando medidas inconsultas a contramano del mundo que los afectan severamente como la apertura de las importaciones y manteniendo una presión tributaria que prometió reducir que aún no se ha dado, pese al llamado de los distintos sectores de analizar reducciones y eliminaciones de impuestos que los hagan más competitivos en un contexto difícil.
Javier Milei, presidente de Argentina. Foto: Reuters
Lejos de encender las alarmas y encolumnar a todos los sectores vinculados al sector productivo para trabajar en evi-tar que la situación siga deteriorándose como lo señalan las estadísticas oficiales y privadas porque las consecuencias sociales todos las conocemos, cosa que haría cualquier gobernante en cualquier país del mundo, solo se enseña y se incentiva a manera ganar más plata con la especulación financiera, que parece ser el único camino posible de progreso y que viene dando ganancias en dólares como en ninguna parte del mundo.
De hecho, esta semana se festejó la recomendación de JP Morgan a sus clientes de que entren a la Argentina con dólares, que los cambien por pesos, y que tomen Lecaps con vencimiento en agosto, con el cuidado de salir algunas semanas antes de la elección de octubre, lo que les dará ganancias astronómicas en dólares sin esfuerzo ni ensuciarse las manos, un mecanismo de especulación que se implementó por primera con Martínez de Hoz y por última vez con Macri, La incógnita por develar es porqué el resto de los países del mundo no lo implementan si es tan bueno como dicen los funcionarios nacionales.
La pérdida de empleos privados registrados, sobre todo los vinculados a la industria o a empresas que integran el ecosistema de la economía del conocimiento, es una tragedia para el frágil mercado laboral argentino porque son empleos bien pagos (aún en estos tiempos de salarios por el piso), de calidad. que debería generar reacciones más enfáticas por parte de los gobiernos porque son muy difíciles de recuperar.
Hace 7 años, en abril de 2018, escribí lo siguiente: "La discusión económica en la Argentina está dominada por el sector financiero, que es de y para pocos, porque para participar de él se necesitan saberes específicos y mucha plata. También vivir en las tres o cuatro ciudades más grandes del país. La opinión pública sólo discute de Lebac, tasas de interés, carry trade y todos esos instrumentos y mecanismos de los que el 98% de la gente no entiende, aunque es la que paga las consecuencias. Hacer plata con plata hace millonarios a muy pocos y empobrece al resto, además de las consecuencias sociales y políticas que genera. Si la bicicleta financiera es más rentable que la producción, no habrá futuro para la mayoría. En el país ya lo vivimos".
La historia vuelve a repetirse pero no como farsa sino, otra vez, como tragedia.
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