Por Renzo Sanfilippo
Por Renzo Sanfilippo
José Luis Busaniche, autor de destacada trayectoria académica, nació en la ciudad de Santa Fe el 9 de diciembre de 1892 y murió en Olivos, Buenos Aires, el 18 de mayo de 1959. La elección de su nombre se inspiró en la persona de su tío abuelo José Luis Doldán, sacerdote que fundó en Santa Fe la Iglesia Nuestra Señora del Carmen.
Sus padres eran figuras respetadas en los circuitos políticos y sociales locales. José Luis fue el séptimo de los ocho hijos que tuvieron Julio Mateo Busaniche y Julia del Carmen Lassaga, quienes sellaron su vínculo matrimonial en 1876. El padre del futuro historiador trabajó por décadas en la Aduana de Santa Fe y fue un partícipe activo de la vida política provincial.
Se identificó en primera instancia con el partido liberal y, más tarde, con el radicalismo. La madre de José Luis, por su parte, era una personalidad reconocida en el ambiente católico local. Durante varios años plasmó su acción en la Sociedad de Beneficencia de Santa Fe, la cual llegó a presidir.
En cuanto al interés por la historia santafesina, José Luis Busaniche fue antecedido por la influyente experiencia de su tío Ramón Lassaga, biógrafo de Estanislao López que en la década de 1880 contribuyó a la construcción historiográfica del caudillo como principal héroe provincial.
Sin abandonar la atracción por las memorias y tradiciones locales, Lassaga fue también una pieza importante en el proceso de modernización de la disciplina histórica al revalorizar el trabajo de archivo y la crítica de documentos.
Tras cumplir el bachillerato en el Colegio Nacional, Busaniche comenzó sus estudios en Derecho en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Provincial. Obtuvo su título de abogado en 1919, aunque prácticamente no ejerció el oficio. En 1925 el gobernador radical Ricardo Aldao lo designó subsecretario de Instrucción Pública y Fomento, cargo que ocupó hasta 1928.
La prensa local de entonces destacó tanto su pertenencia familiar como su personalidad de hombre sereno y culto. Aunque debía cumplir sobre todo funciones burocráticas, el vínculo con el estado provincial le permitió impulsar su interés por la investigación histórica.
A mediados de la década del veinte Busaniche comenzó a publicar sus primeros trabajos en diarios santafesinos como Nueva Época y en revistas universitarias de Buenos Aires y La Plata, como Verbum y Humanidades.
Entre los libros más importantes de este momento de su trayectoria cabe destacar "Estanislao López y el federalismo del Litoral", surgido en 1926 a raíz de una polémica que mantuvo con Carlos Agustín Aldao -férreo opositor a la reivindicación histórica del caudillismo- y reeditado en Buenos Aires en 1927.
También puede citarse "Representación Nacional en Santa Fe", una compilación documental que el gobierno provincial le encargó a Busaniche para conmemorar, a través de un estudio crítico a su cargo, los cien años de la Convención que se había reunido en Santa Fe en 1828 con el objetivo de organizar al país bajo la forma federal.
La docencia fue otra faceta importante en su vida de historiador. A fines de 1929 obtuvo por concurso un puesto de profesor de Historia Argentina en la Facultad de Ciencias Económicas y Educaciones de Paraná, perteneciente a la Universidad Nacional del Litoral.
Si bien desempeñó el cargo por poco tiempo ya que la facultad fue desmantelada entre 1931 y 1932, al promediar la década del treinta el historiador santafesino se radicó en la capital entrerriana y centró su actividad docente en el Instituto Nacional del Profesorado Secundario de Paraná.
Asimismo, fortaleció su inserción en reconocidas instituciones historiográficas como la Junta de Historia y Numismática Americana, a la que se había integrado como miembro correspondiente por Santa Fe en 1929. Este centro de sociabilidad intelectual e investigación académica de Buenos Aires comenzó a ramificarse en el territorio nacional a partir del establecimiento de sedes en las provincias.
Busaniche fue miembro de la Junta Filial Rosario desde 1931 y en 1936 se incorporó a la Junta Filial de Entre Ríos.
En 1939 fue designado secretario de la Comisión Nacional de Museos y de Monumentos y Lugares Históricos. A raíz de este nombramiento Busaniche se mudó a Buenos Aires, donde vivió por el resto de su vida.
Lo acompañó su esposa Susana Barrier, periodista francesa con la que se había casado en 1935 y que tuvo una larga carrera como profesora de Literatura e Historia en la Biblioteca del Consejo Nacional de Mujeres. Ese año había publicado su biografía de Domingo Cullen en el centenario de su fusilamiento.
Busaniche llevó adelante desde la Comisión distintas acciones orientadas a la gestión y conservación del patrimonio histórico nacional. Además, se incorporó a la Sociedad de Historia Argentina y al cuerpo docente de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires.
Su actividad intelectual en estos años fue intensa y el resultado de su labor de gran provecho para los estudiosos del país.
La traducción al castellano que Busaniche hizo de relatos y memorias de viajeros que arribaron a América en el siglo XIX, escritos originalmente en francés y en inglés, ha facilitado el acceso a fuentes históricas que aún nutren las investigaciones de quienes buscan esclarecer distintos problemas de la historia argentina y americana.
La difusión de traducciones y rarezas bibliográficas que hizo en los primeros años de la década del cuarenta desde la Editorial Solar constituyen un valioso aporte a la historia social y de las costumbres del país, especialmente reunidas en sus "Estampas del Pasado-Lecturas de Historia Argentina".
En simultáneo, Busaniche comenzó a estudiar con mayor detenimiento a aquellos personajes históricos cuyas biografías podían atraer a públicos más amplios. Su "San Martín vivo" (1950) despertó palabras elogiosas de parte de Gabriela Mistral, y fue leído y reseñado en revistas y diarios no sólo de Argentina, sino también de Chile y Perú.
Otras obras, como "Rosas visto por sus contemporáneos" (1955) y su inconclusa "Historia Argentina" (1965), dada a conocer seis años después de su muerte, lo mismo que su "Juan Manuel de Rosas", despertaron polémicas en una época de gran difusión del llamado revisionismo histórico. En estos casos, se trata de libros que contaron con una importante cantidad de reediciones.
En definitiva, la trayectoria de Busaniche devela la proyección nacional de un autor cuyo interés historiográfico nació del propio lugar que ocupaba su familia en Santa Fe y de la genuina admiración que sentía por los caudillos federales, pero cuya indagación se amplió a la par de sus laboriosas investigaciones y de los desplazamientos que realizó en el curso de su vida profesional.
(*) Contenidos producidos para El Litoral desde la Junta Provincial de Estudios Históricos en el año de su 90° Aniversario (1935-2025).
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