Hoy, Newell's Old Boys es un lugar de encuentro, de integración familiar, de compromiso comunitario. Así volvió a demostrarlo este viernes, cuando las puertas de su salón de usos múltiples se abrieron para celebrar un nuevo cumpleaños de Juan Gervasoni, socio, directivo y alma generosa de la institución.
Fue una noche repleta de emociones, recuerdos y proyectos, que reafirma al club como una pieza clave en la vida del barrio.
Una noche especial
El paso del tiempo no hizo mella en el espíritu del club Newell's Old Boys, que, con el correr de los años, se fue adaptando a las nuevas necesidades de la comunidad que lo rodea.
Si bien su esencia sigue ligada al deporte, el club ha crecido en muchas otras direcciones, convirtiéndose en un refugio familiar, un punto de encuentro intergeneracional, un espacio donde el sentido de pertenencia se respira en cada rincón.
El salón de usos múltiples, que hace poco fue renovado, fue testigo de uno de esos momentos que no se olvidan fácilmente: la celebración del cumpleaños de Juan "Juanchi" Gervasoni.
Gervasoni no es solo un socio más. Su presencia, constancia y compromiso con el club han sido fundamentales para consolidar el crecimiento institucional que Newell's viene experimentando en los últimos años.
Gervasoni junto a su familia. Gentileza
Directivo activo, colaborador permanente y figura muy querida dentro del ambiente rojinegro, Juanchi convocó a familiares, amigos y compañeros del club para celebrar un nuevo año de vida en lo que terminó siendo mucho más que una fiesta: fue una postal viva del corazón comunitario del club.
"Están todos los que yo pretendía que estén. Este es un club con muchos sentimientos y por eso uno lo elige. Agradezco a Miguel Cantero, su presidente, que nos entregó la llave para que dispongamos de las instalaciones", expresó emocionado Gervasoni al inicio de la celebración.
Sus palabras, sencillas pero profundas, condensaron lo que representa Newell's para quienes lo habitan: un lugar donde se entrelazan amistades, afectos, historias compartidas y un fuerte sentido de identidad.
Una fiesta multitudinaria
La fiesta no tardó en convertirse en un auténtico evento social. Las instalaciones del club lucieron impecables y rebosantes de gente. Se sumaron al festejo diversas personalidades vinculadas a la institución, entre ellos Carlos Robledo, animador y relator.
También Pasión Liga de Diario El Litoral quien junto a otras figuras del ambiente futbolero y barrial dio el presente para celebrar junto a Juanchi.
Risas, música, anécdotas, abrazos y brindis se multiplicaron a lo largo de una noche que se prolongó hasta bien entrada la madrugada.
El presidente del club, Miguel Cantero, no solo participó activamente del evento, sino que también aprovechó la ocasión para destacar el espíritu colaborativo de Gervasoni. "Como todos los socios, y especialmente los que forman parte de la Comisión Directiva, Gervasoni es muy generoso con Newell's.
Por eso se le entregó la llave del salón para que pudiera festejar su cumpleaños. Este gesto simboliza el reconocimiento a su entrega y al compromiso que mantiene con la vida del club", aseguró Cantero, visiblemente contento con la celebración.
Pero además del festejo, la noche fue también oportunidad para compartir novedades institucionales. En medio de una charla informal, Miguel Cantero reveló a Pasión Liga que el club adquirió recientemente un tractor nuevo para el mantenimiento del césped, una herramienta que era muy necesaria para el correcto funcionamiento de las actividades deportivas.
Hoy Newell's Old Boys es un lugar de encuentro. Gentileza
"Hicimos una inversión importante porque lo estábamos necesitando. El club está trabajando para seguir creciendo, y por eso este tipo de aportes sirven para modernizar todos los útiles necesarios para el trabajo diario", explicó con entusiasmo.
Este tipo de mejoras, aunque puedan parecer pequeñas, son el reflejo de una gestión comprometida con el desarrollo integral del club. No se trata solo de incorporar maquinarias o realizar obras: detrás de cada acción hay una voluntad concreta de fortalecer la institución, de pensar en su futuro y de brindarles a los socios un espacio cada vez más completo, funcional y moderno.
La fiesta de Juanchi Gervasoni sirvió como una excusa perfecta para reafirmar ese espíritu. Las anécdotas que circularon durante la velada dieron cuenta de una vida entera ligada al club, de partidos compartidos, de tardes interminables en la cancha, de reuniones, proyectos, viajes y sueños cumplidos.
Fue, en definitiva, una celebración que trascendió lo personal para transformarse en un acto colectivo, donde cada asistente se sintió parte de algo más grande.
Este tipo de eventos muestran lo que muchas veces no se ve desde afuera: la dimensión humana que tienen los clubes barriales. Son instituciones fundamentales para el tejido social, espacios que no solo forman deportistas sino también ciudadanos. Allí se aprende a compartir, a cooperar, a organizarse, a valorar el esfuerzo y la dedicación.
Newell's Old Boys hoy es eso y mucho más. Un lugar donde se celebran cumpleaños, se forjan amistades, se debate sobre el futuro, se trabaja día a día para crecer. Es una comunidad en movimiento, con historia, presente y futuro. Y mientras haya personas como Juan Gervasoni —y dirigentes como Miguel Cantero— que le dedican tiempo, ideas y afecto, el club seguirá siendo un faro para el barrio Roma.
La fiesta ya terminó, pero el eco de esa noche sigue resonando entre las paredes del club. Porque cuando hay comunidad, cuando hay pertenencia, cuando hay compromiso, lo que se celebra no es solo un cumpleaños. Se celebra una forma de vivir. Y en Newell's Old Boys, esa forma está más viva que nunca.
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