Detrás del personaje que revolucionó la radiofonía argentina con “Radio Bangkok”, junto a Lalo Mir y Bobby Flores, había un artista plástico que formó su camino durante cinco décadas, con un espíritu rockero y teatral que potenciaba la intersección del arte y la vida.
“Minga! Los niños primero” 1, 2 y 3 (2006), pintura, 20x20 cm. Foto: Gentileza ArtMajeur
Carlos Masoch, conocido popularmente como Douglas Vinci en el ámbito radial, dejó una huella imborrable en el panorama artístico y cultural de Argentina. Falleció en la madrugada del pasado 2 de abril: “Partió hacia el infinito y más allá Carlos Masoch (a) Douglas Vinci, amigo y compañero de vida, radio, aventuras, trapisondas y locuras”, saludó de inmediato en las redes su viejo amigo Lalo Mir. “Artista todo terreno. Gran pintor y mejor dibujante. Y magnífico comediante. ¡Hasta siempre Reverendo, el Eterno sea contigo!”, cerró con la invectiva de “Radio Bangkok”, el icónico programa de Rock & Pop.
Aunque su fama se consolidó a través de su personaje radial “El Reverendo”, su verdadera pasión siempre fue la pintura, una disciplina que cultivó con dedicación y profundidad a lo largo de más de cinco décadas.
Masoch/Vinci en febrero de este año, en una exposición. Foto: Gentileza Mundo Masoch
Una vida dedicada al arte
Masoch nació en Buenos Aires en 1953, y estudió con Néstor Cruz y Gabriela Aberasturi. Desde sus primeras exposiciones en los años 70, Masoch demostró un talento innato para capturar emociones complejas y narrativas profundas en sus obras.
Su debut en 1973, en una galería del barrio de Caballito, marcó el inicio de una carrera prolífica que lo llevó a explorar diversas técnicas y estilos. A pesar de su éxito en otros ámbitos, nunca dejó de pintar, manteniendo una clara distinción entre su identidad como artista plástico y su personaje radial.
“Gorilas en el obelisco” (1983), colección particular. Foto: Gentileza Mundo Masoch
Sin embargo, nunca dejó de aportar ilustraciones que lo unieran a los medios, como las revistas Pagina 30, Tres Puntos y El Surmenage de la Muerta; también realizó diversas tapas de CD de artistas nacionales como Charly García, Memphis la Blusera, Suéter y Hermética, entre otros.
La mítica portada de “Hermética”, el disco debut de la banda homónima (1989), uno de sus trabajos como ilustrador. Foto: Archivo El Litoral / Radio Trípoli Discos
Estilo y temáticas
La obra pictórica de Masoch se caracteriza por su teatralidad y su capacidad para evocar un mundo suspendido entre lo histórico y lo autobiográfico. Inspirado por el arte flamenco y renacentista, sus cuadros a menudo presentan escenarios austeros y personajes que parecen atrapados en un estado de introspección. Elementos simbólicos, como columnas de humo o juguetes, se entrelazan con referencias a la historia argentina, creando una narrativa visual rica y multifacética.
Masoch también exploró la relación entre el arte y la memoria, utilizando su pintura como un medio para reflexionar sobre la historia social y personal. Sus obras, cargadas de simbolismo, invitan al espectador a adentrarse en un universo donde lo cotidiano y lo extraordinario coexisten en un delicado equilibrio.
“36” (2006), pintura, 80 x 110 cm. Foto: Gentileza ArtMajeur
La filosofía artística de Carlos Masoch giraba en torno a la idea de abrazar la creatividad sin límites. Creía en la importancia de la experimentación y en la alegría del propio proceso creativo. Masoch solía describir su enfoque como “pintar como música rock”, enfatizando la espontaneidad, el ritmo y la intensidad emocional. Se inspiraba profundamente en las narrativas históricas, la mitología y los recuerdos personales, que integraba a la perfección en sus obras.
Tras perder la la visión en su ojo izquierdo, “el tema de la luz o del foco” se volvió fundamental. “Me gustan mucho los pintores realistas. Trabajo mucho con la realidad. Con los fotogramas del cine. Me gusta trabajar con la sombra de un atardecer. Me gusta mucho el tema de los cielos. Me gusta mucho mirar pinturas de los clásicos. Me gusta, por ejemplo, Turner. Los expresionistas y los surrealistas. Tampoco es que yo soy muy original, después de tantos años de experiencia y de ver tantas cosas uno se da cuenta que su trabajo no es un Magritte o De Chirico. Es más bien como el rock”, respondió en una entrevista con el periodista Javier Febré, realizada en agosto de 2023.
“Sísifo” (2007), pintura, 30x40 cm. Foto: Gentileza ArtMajeur
Masoch también valoraba la intersección del arte y la vida, utilizando a menudo materiales y formatos poco convencionales para desafiar las normas artísticas tradicionales. Por ejemplo, pintaba sobre objetos como cajas de ravioles e intervenía libros históricos. Su filosofía se basaba en la creencia de que el arte debía provocar la reflexión y evocar una sensación de asombro, trascendiendo lo ordinario.
“Sin título” 1 y 2 (2008), dibujo y escultura, respectivamente. Foto: Gentileza ArtMajeur
Empleó diversas técnicas distintivas en sus pinturas que lo distinguieron en la escena artística argentina. Sus obras a menudo combinaban elementos históricos y autobiográficos, creando una rica narrativa a través de imágenes simbólicas. Fue conocido por sus composiciones teatrales, donde objetos cotidianos -como libros, herramientas de laboratorio e incluso comida- se transformaban en profundas declaraciones visuales.
El enfoque de Masoch hacia el color y la materialidad fue particularmente notable. Utilizó una paleta cuidadosamente seleccionada para evocar emociones y resaltar el juego entre la luz y la sombra. Su técnica consistía en superponer texturas para dar profundidad a sus sujetos, incorporando a menudo materiales no convencionales para añadir una dimensión táctil a su arte.
“Molotov” y “Retrato de Lucía Carpineti”. Foto: Gentileza Mundo Masoch
Últimos años y legado
Durante la pandemia, Masoch adoptó una rutina disciplinada que influyó en su producción artística. Se centró en formatos más pequeños y temas íntimos, explorando el concepto de “reposo” como forma de resistencia. Durante este período, se adentró en el arte contemplativo, invitando al espectador a interactuar con sus obras como ejercicios de reflexión espiritual.
En sus últimos años, Masoch experimentó un resurgimiento en el ámbito artístico, presentando exposiciones como “Paisajes furtivos” y “Objetos para la contemplación y el reposo”. Estas muestras no solo consolidaron su reputación como un pintor de gran profundidad, sino que también destacaron su capacidad para reinventarse y mantenerse relevante en un mundo artístico en constante cambio.
Falleció a los 72 años, dejando un legado que trasciende las fronteras de la pintura y la radio. Su obra sigue siendo un testimonio de su inquebrantable pasión por el arte y su habilidad para capturar la esencia de la condición humana.
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.