Cosas del destino o tal vez del marketing: el mismo día en que "El eternauta" desembarque en Netflix, la misma plataforma recibirá a otro gran personaje de la historieta. De otro registro, pero nacido casi en la misma época que Juan Salvo: Astérix.
El 30 de abril se estrena “El combate de los jefes” una serie animada que revive una de sus aventuras más queridas, llena de humor y sátira histórica.
Cosas del destino o tal vez del marketing: el mismo día en que "El eternauta" desembarque en Netflix, la misma plataforma recibirá a otro gran personaje de la historieta. De otro registro, pero nacido casi en la misma época que Juan Salvo: Astérix.
Es que ese mismo 30 de abril, se estrenará "Astérix y Obélix: El combate de los jefes", una serie animada en 3D que adapta el cómic de 1964 creado por René Goscinny y Albert Uderzo.
Dirigida por Alain Chabat, esta producción francesa llega con una promesa que a la vez constituye un gran desafío: revivir el humor y la aventura que caracterizaron a los irreductibles galos de Armórica durante más de 60 años.
Astérix, el guerrero galo tan conocido por su casco alado como por su ingenio, su valentía y su carisma, protagonizó medio centenar de historias.
Con una creatividad que todavía sorprende, sus aventuras combinan la sátira histórica (hay alusiones cómicas a Julio César y Cleopatra) y un humor universal que se emparenta con Charles Chaplin, Laurel y Hardy y los Tres Chiflados.
Desde su primera aparición en 1959, la serie de cómics vendió más de 400 millones de ejemplares y se tradujo a más de 120 idiomas y dialectos, incluyendo el español rioplatense.
"El combate de los jefes" es una de las aventuras más recordadas de Astérix. Está entre las más logradas de la dupla Uderzo-Goscinny, cercenada por la prematura muerte del segundo, en la década de 1970.
La aldea de Astérix enfrenta un desafío. Prorrománix, un jefe galo aliado de los romanos, reta a Abraracúrcix, líder de la aldea de los irreductibles, a un combate cuyo resultado determinará el destino de su comunidad.
La situación se complica cuando Obélix, accidentalmente, deja amnésico al druida Panorámix producto de un golpe de menhir. Sin la poción mágica, Astérix debe entrenar a su jefe para enfrentar el combate, mientras buscan una solución.
Lo mejor del álbum, sobre todo para los que lo leyeron de chicos, es la creación de pociones mágicas fallidas por parte de Panoramix. El humor absurdo que se genera desde esa premisa es de lo mejor que otorgó el universo "Astérix".
Antes de esta serie, Astérix y Obélix fueron llevados al cine en muchas ocasiones. Películas animadas como "Astérix y Cleopatra" y "El golpe de menhir" se ciñeron lo mejor que pudieron al espíritu de los álbumes.
En tanto, las versiones de acción real, como "Astérix y Obélix: Misión Cleopatra" intentaron una visión moderna y humorística para alcanzar a todas las edades.
Sin embargo, ninguna de las traslaciones a la pantalla pudo emular la potencia de la historieta original. En algún punto, Astérix tiene algo de "El Eternauta": es imposible entender al héroe sin su aldea y sus amigos. Y, sobre todo, sin la complicidad del lector.
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