La rosarina Nieves Rosell canta como quien escribe cartas al viento. Su voz, templada en espacios de su ciudad natal y afinada luego en Brasil, deriva ahora a ofrenda musical íntima y universal en "Boleros", un EP que es como un abrazo.
La cantante rosarina lanza en el mes de mayo su nuevo disco, que incluye versiones personales y sutiles de grandes obras oriundas de Cuba, México y Argentina.
La rosarina Nieves Rosell canta como quien escribe cartas al viento. Su voz, templada en espacios de su ciudad natal y afinada luego en Brasil, deriva ahora a ofrenda musical íntima y universal en "Boleros", un EP que es como un abrazo.
Hay algo de ritual en cada interpretación. Como si Nieves, con su decir preciso, trajera a escena las emociones intactas de Chico Novarro, María Grever, Portillo de la Luz, y las cruzara con la saudade brasileña de Jobim o Caymmi.
No es nostalgia, más bien se trata de algo parecido a la alquimia. La que ocurre cuando un artista encuentra su modo de habitar las canciones del mundo y las vuelve propias.
Criada entre la música, el viaje de Nieves comenzó temprano. Pero fue con el vaivén del océano y los ritmos de la bossa nova cuando su estilo encontró su cauce más hondo.
En "Boleros", ese cauce se vuelve río caudaloso: con dirección y bajo de Daniel Maza, y la complicidad de músicos de alto vuelo, suena como un sueño refinado desde la emoción.
Nieves se presentará por primera vez en Bebop Club (CABA) con su EP el 11 de mayo. Previamente (el sábado 10 de mayo) lo hará en la Plataforma Lavardén de Rosario. De eso y de otras cosas, habló con este medio.
-"Boleros" es un gesto de homenaje, pero también una reinterpretación muy personal de un género cargado de historia. ¿Qué descubriste sobre vos misma al sumergirte en estas canciones y cómo dialogan con tu propia experiencia como cantante y compositora?
-Sin dudas la idea principal de este trabajo fue pensado en homenajear al género, revivir aquellas historias de amores y desamores, de pasión, de vínculos inolvidables, algunos platónicos e incluso de vínculos con finales necesarios a través de un lenguaje elaborado, en nuestro idioma.
En lo que a mi experiencia respecta, después de tantos años de estar cantando en otras lenguas, sentí una fuerte necesidad de volver a cantar en español. Si bien en el EP hay un tema en portugués, lo que predomina en éstas reinterpretaciones son las canciones en español.
Buscando transmitir un mensaje directo, claro y natural, de esas emociones y sentires que forman parte de nuestra construcción humana y que nunca van a caducar, reviviendo y dando lugar merecido a la poesía y a la canción.
-Hay algo orgánico y sentido en la sonoridad del EP: los arreglos, las dinámicas, el peso de los silencios. ¿Cómo fue el vínculo creativo con Daniel Maza y Leandro Marquesano a la hora de traducir emocionalmente cada canción sin caer en el cliché del bolero "nostálgico"?
-Desde un principio supe que lo que buscaba con éste trabajo era que tenga una estética que mantenga la esencia de bolero tradicional y que esté por fuera de la necesidad de "sonar" moderno.
En ese sentido fue muy cómodo trabajar los arreglos a distancia con Daniel y Leandro porque creo que la llave fundamental fue tener las referencias bien claras por mi parte y lógicamente eso hizo que el camino se vuelva más fácil de llegar al resultado esperado.
En relación a no caer en el "cliché" nostálgico, no se pensó una dirección que esquive eso, creo que lo que sí se dio de una manera muy orgánica tiene más que ver en primer lugar con la interpretación y sin dudas en la elección de las canciones y sus historias.
-Tu recorrido artístico cruza territorios y lenguajes musicales: Rosario, Brasil, el jazz, la bossa, el pop, la canción de autor. ¿Sentís que en este EP hay una suerte de síntesis de ese camino? ¿Qué de esos paisajes musicales anteriores te ayudó a decir algo nuevo con estos clásicos?
-Inevitablemente lo que está plasmado en éste trabajo es la coexistencia de lo que fui viviendo y absorbiendo musicalmente a lo largo de los años.
Hay una síntesis de mis gustos, de mis preferencias y de lo que me conmueve. Brasil tiene mucho que ver con éste camino, porque yo vuelvo a reconectar con los boleros a través de dos de mis grandes referencias de cantoras brasileras, Nana Caymmi y Leny Andrade, también amantes del bolero.
Hay un disco de Nana Caymmi que se llama “Bolero”, donde pueden ver que hay una referencia clara en cuestión de sonoridad y para mí fue una gran referente. Todo está entrelazado, el español, el portugués, Argentina, Brasil. Son mis lugares más preciados.
-Presentarte en un espacio como Bebop Club implica mostrar un disco, pero también sostener una estética en vivo, con tu voz al frente de una formación exquisita. ¿Qué tipo de atmósfera buscás generar en el escenario y cómo imaginás que el público va a resonar con esta propuesta?
-Soy muy consciente de la formación maravillosa con la que voy a contar para ambos shows, como también del lugar donde voy a presentarme.
Sabiéndome de Rosario, tener la posibilidad de presentarlo en Buenos Aires es una gran responsabilidad y pretendo hacerlo con mucho cariño y muchísima dedicación.
Me gustaría que el ambiente esté lleno de sutilezas, calidez y romanticismo. Y que se genere una atmósfera donde la música sea la única protagonista.
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