Unión, el partido con Barracas, el DT y un intento de unidad condicionado y fallido
¿Es determinante el resultado del lunes o se pone ya quinta a fondo para contratar un DT? El llamado de Spahn para armar una lista de consenso, con él como cabeza principal.
A menos de un mes de las elecciones, Unión vive un agitado panorama político e institucional, al margen de lo deportivo. En este último punto, el partido con Barracas Central será dirigido por Nicolás Vazzoler, pero hoy nada asegura que se mantenga en el cargo para los partidos que se vienen: tres seguidos de local ante Belgrano, Palestino y Mushuc Runa, antes del 24 de mayo, día de la convocatoria a elegir autoridades.
Vazzoler tomó la responsabilidad de capear el temporal que dejó la salida del Kily González, con resultados que no estuvieron a la altura de lo esperado y planificado con la llegada de nueve jugadores que, en la gran mayoría de los casos, no aportaron casi nada al mejoramiento del equipo, arrancando por el aspecto ofensivo.
El partido con Newell’s fue un bálsamo y una inyección de ánimo que duró muy poco. El “enfermo” recayó en la olvidable noche de Riobamba con una actuación absolutamente desfigurada y un 3 a 0 tan contundente como generador de dudas que se incrementan, ya con una temprana eliminación de la Liga Profesional (no pudo ni siquiera meterse entre los 8 sobre 15 que clasifican) pero también con una tabla general (la que otorga un descenso de categoría) a la que hay que empezar a prestarle atención porque se está llegando a la mitad de la temporada.
Spahn debe entender que no encontrará un nombre con consenso total y que cualquier entrenador, llámese Sava o Madelón, aún este último con todo lo que ha conseguido en el club como jugador y como entrenador, tendrá también sus “detractores” o quienes indicarán que “no es el momento de que vuelva”.
Luis Spahn. Crédito: Carolina Niklison
La realidad es que Spahn tiró una fichita para que a Vazzoler le vaya bien y se quede a cargo del equipo, pero lamentablemente los interinatos se toman cuando se produce el fracaso de quienes tienen la posibilidad y el dinero para armar el equipo. Y los interinos no son magos, aunque a veces lo parezcan y se conviertan en bomberos que saben apagar los incendios. Hoy, apremiado por los malos resultados, el mundo Unión ha empezado a presionar al presidente, desde adentro y desde afuera, para que venga un técnico. Y todo esto se produce a poco menos de un mes para las elecciones, con todo lo que eso implica – para la actual dirigencia, para la oposición y también para el DT que sea elegido – en la contratación de alguien que llegará a un club que atraviesa un inminente proceso electoral.
A propósito, en Chile, en un mano a mano a fondo con El Litoral, Pipo Desvaux declaró que “no tengo problemas en charlar con Spahn, porque debemos tener gestos de grandeza”. El presidente no lo llamó, pero lo hizo a uno de los principales directivos de Encuentro Unionista y, casi con seguridad, candidato a vicepresidente (Bernardo Castiglioni). No fue una sola charla o llamado, sino al menos dos o tres. Luis Spahn planteó una lista de consenso, ofreció puestos clave en la conformación de una comisión directiva de unidad y allanar el camino para que algún elegido del grupo opositor pueda ir sentando bases para ser presidente dentro de tres años, cuando finalice el próximo mandato.
Esa gestión del presidente, no tuvo eco. La habría planteado desde la óptica de continuar él como principal dirigente de Unión y allí es donde se planteó la objeción. No en la idea en sí, porque muchos piensan que lo ideal en Unión sería una lista de unidad, pero no a partir de un consenso a medias por la imposición de quién debe ser el presidente. “No es una propuesta de consenso o unidad, sino un contrato de adhesión”, esbozaron algunos frente a la propuesta desestimada.
Imagen ilustrativa. Crédito: Prensa Unión
El camino hacia elecciones con dos listas, es un camino sin obstáculos ni desvíos. Spahn declaró en varias ocasiones que hizo algunas propuestas para elegir un candidato que no sea él, pero que no tuvo respuesta positiva. El año pasado, más o menos a mitad de año, hubo un encuentro en la casa del “Chino” César Poccia, actual secretario de actas del club, en la que participó una mesa bien reducida (Spahn, Monsalvo, Brasca, Poccia y quizás alguno más). “César, ¿querés que trabajemos en una lista oficialista con vos a la cabeza?”, habría sido la propuesta. Quedó simplemente en eso, una propuesta que no se afirmó. Después, el mismo ofrecimiento le habría llegado a Miguel Torres del Sel, un hombre hoy muy cercano a Spahn junto con Raúl Fernández, otro ex dirigente muy vinculado al club desde hace mucho tiempo. “Te acompaño Luis, pero no como presidente”, habría sido la contestación de Miguel. Y ahí se habrían terminado las propuestas, con la decisión que ya tiene tomada Spahn de ir por tres años más en un cargo que ocupa desde hace 16 y que desde hace tiempo lo pusieron en el máximo sitial de la vida política e institucional del club, como el presidente con mayor permanencia en el cargo en toda la historia de Unión y uno de los que más tiempo estuvo de manera contínua en el fútbol argentino.
Del otro lado, una oposición unificada en “Encuentro Unionista”, con Pipo Desvaux a la cabeza y con tres vicepresidentes que, aunque no están confirmados todavía y pueden haber cambios, parecen tener “todos los boletos”: Bernardo Castiglioni, Guillermo Sabena y Lucho Trento, este empresario fuerte del grupo Pilay, que en la presentación de la candidatura habló sobre el predio que se compraría para la construcción del futuro campo deportivo de Unión.
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