Adoquines bajo la lupa ciudadana: un patrimonio que sigue dividiendo opiniones
Desde hace más de 20 años, los rafaelinos discuten qué hacer con el empedrado. Mientras avanza la restauración, resurgen viejos debates entre conservación, repavimentación y soluciones intermedias.
Ayer y hoy, el adoquinado entre el amor y el odio | Crédito: Archivo Municipalidad de Rafaela
El adoquinado de Rafaela, con más de un siglo de historia, es tanto parte del paisaje urbano como del debate permanente entre vecinos. Las obras de restauración que actualmente impulsa la Municipalidad revivieron una pregunta que parece no perder vigencia: ¿adoquinado o pavimento?
Las opiniones están lejos de unificarse, y así como hay quienes defienden el valor histórico del empedrado, también abundan los reclamos por la incomodidad que representa para el tránsito moderno. Entre los extremos, aparece una tercera posición que propone conservar solo algunos sectores emblemáticos y repavimentar el resto.
Tareas de restauración del adoquinado en calle Moreno | Crédito: RADIO RAFAELA
Una polémica con historia
Una grabación compartida recientemente por el realizador audiovisual José Luis Scandalo, extraída del Noticiero 2 de hace más de dos décadas, da cuenta de que esta discusión no es nueva. En aquella época, las cámaras salieron a la calle a consultar a los rafaelinos. Las respuestas fueron variadas:
“Repavimentación por favor, son muchos saltos, creo que la ciudad tiene que avanzar un poco” / “Arreglos, para que no los saquen porque me gustan” / “Pienso que los adoquines son para mantener la tradición en la ciudad” / “Repavimentación, soy remisero y rompe todos los autos” / “En la ciudad, por cómo está creciendo, se debería pensar en el mejoramiento principalmente en lugares céntricos”
Tres posturas claras se destacaban ya en ese entonces: conservación, eliminación, o una opción intermedia que mantenga lo simbólicamente relevante y pavimente el resto.
Opiniones actuales: entre el reclamo y el reconocimiento
Dos décadas después, las redes sociales se convirtieron en el nuevo foro de debate. Allí, las posturas se mantienen casi intactas:
“Deberían sacar esos adoquines y poner pavimento como una calle normal” / “Arreglen las partes necesarias, pero no los saquen. Quedan muy lindos y es algo que nos distingue” / “Yo dejaría solo alrededor de la plaza y del lado de adentro nada más” / “Ahí está el patrimonio de la ciudad… esas calles no sirven” / “En muy pocos lugares hay algo así. Es nuestro”
El adoquinado viste las calles del centro rafaelino | Crédito: Archivo Municipalidad de Rafaela
Los reclamos más frecuentes hacen foco en los sectores deteriorados o de alto tránsito, donde el adoquinado presenta baches o deformaciones que afectan el tránsito vehicular. Quienes piden su conservación, destacan su valor como símbolo distintivo de Rafaela y parte de su identidad histórica.
Mientras se desarrollan las tareas de restauración con apoyo de cooperativas locales y planificación municipal, la discusión social se reaviva con fuerza. El desafío de mantener el empedrado como un bien protegido, sin perder de vista las demandas prácticas de una ciudad en crecimiento, sigue vigente.
El consenso aún parece lejano. Sin embargo, el debate en sí mismo revela un valor fundamental: los rafaelinos no son indiferentes a su entorno urbano, y ese compromiso ciudadano también forma parte del patrimonio que se busca preservar.
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